
Increíble esta película, que ayer nos ofrecía el canal TCM, en un oportunísimo momento.
Al Pacino está impresionante en su papel.
Bien merecido tiene el Óscar que ganó al mejor actor en 1992, reperesentando a un coronel retirado, con máscara de persona dura e insolente para recubrir su interior fragilidad. Fragilidad que intenta superar, volándose la tapa de los sesos después de disfrutar a lo grande de sus últimas 48 horas de vida. Justifica su decisión hablando de su falta de luz, debida a su invidencia.
Junto a él, Chris O´Donnell encarna a un becario universitario que quiere ganar unos dólares cuidando unos días del coronel.
Las preguntas de fondo que laten en la película, a mi modo de ver:
¿Quién ayuda a quién? ¿La experiencia de una vida decepcionada, o la inocencia aún no manchada?
¿Cuáles son los motivos que llevan a alguien a desear morir? ¿la soledad? ¿una vida excesivamente hedonista? ¿o una sociedad hedonista?
¿Cuál es el papel de los valores en la escala de la felicidad?
Hubiera esperado a publicar esta entrada. Sin embargo, en un momento como el actual, en el que se habla de eliminar la pena de muerte -¡genial!- el mismo día en que se aprueba la ley del aborto, vale la pena adelantarse.
Espero vuestros comentarios.
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